Una travesía en México
México es quizás el país que mejor conocemos de América Latina ya es donde pudimos conoce más lugares y pasar más tiempo. Viajamos por el país de norte a sur donde tuvimos la oportunidad de descubrir mucho de esta tierra. Quedamos hipnotizados por su belleza natural y cultural. Fue natural que decidiéramos quedarnos y desarrollar nuestro proyecto allí. De hecho, México fue donde pasamos la cuarentena, siendo el único país que permitiría tanto a una ciudadana estadounidenses como a uno español entrar en sus fronteras en el momento de los cierres. En Quintana Roo, continuamos nuestra investigación y allí recogimos más material.
México sería el lugar de lanzamiento de este proyecto, y es debido a nuestras experiencias en este país estamos muy apegados a esta tierra. Nos inspiró de muchas maneras, y siempre se sentirá como un segundo hogar.
Una experiencia que memorable, fue el tiempo que pasamos en Tepoztlán. Este antiguo asentamiento azteca es hoy un pequeño pueblo a 100 km de la ciudad de México. Tuvimos el placer de conocer a un buen amigo, productor y vendedor de Pulque (bebida fermentada de la planta de Aloe Vera) que nos trató como parte de su familia durante nuestra estancia. Esta amistad marcó la pauta para el resto de nuestro tiempo en México. Nuestra estancia en los estados de Oaxaca y Chiapas fue igualmente maravillosa. Estos estados nos dieron la oportunidad de estar en ciudades más pequeñas, conectando mejor con la gente y la cultura. Exploramos San Cristóbal de las Casas en Chiapas, un pueblo encantador donde las raíces indígenas de la población han prosperado y florecido. Pero ciertamente no podemos olvidar el mágico tiempo que pasamos en la Selva Lacandona, especialmente sabiendo que los pequeños pueblos de allí fueron creados por los descendientes mayas que escaparon de la invasión española y lograron refugiarse en la selva.