Si hemos empezado a leer este artículo en una revista como “The Jungle Journal” seguramente compartamos nuestro interés por el conocimiento y el respeto de otras culturas, idiomas y pueblos. Esto es esencial ya que ninguno de nosotros queremos un mundo monocolor en el que solo se hable una lengua, donde solo exista una cultura y una sola forma de entender la naturaleza. Sin embargo, debemos preguntarnos cual es el primer paso para preservar y respetar otros pueblos. Este pequeño texto solo pretende crear una reflexión que nos incite a pensar sobre un mundo que en las guías de viaje se muestra idílico y estereotipado pero que, sin embargo, es rico y complejo. Como se puede ver en el número impreso de “The Jungle Journal” américa latina tiene una de las diversidades culturales y lingüísticas más ricas del mundo, aunque raramente es conocida y enriquece la experiencia del viajero.
El momento actual es de gran interés para reflexionar y comprender los procesos que se están desarrollando en este continente. Una primera pregunta sería si un turista debería conocer estos procesos cuando está viajando por un territorio. En nuestra opinión, comprender la realidad social de un país es esencial para poder disfrutar de una experiencia plena a la vez que nos convertimos en ciudadanos responsables en un mundo amenazado. Sin estos conocimientos estamos en riesgo de ser parte del pérfido engranaje del neocolonialismo, la apropiación cultural o incluso la explotación de comunidades con fines económicos. Por lo tanto, la experiencia viajera es una responsabilidad que exige reflexión y pensamiento crítico pero que, a su vez, nos permite ver más allá de las montañas preestablecidas para las masas.
Volviendo a américa latina, ya hemos comentado el serio riesgo en el que se encuentran las lenguas y la cultura en este continente. Sin embargo, esto no es nada si lo comparamos con la situación socioeconómica de los pueblos indígenas. Según el Banco Mundial, en américa latina, estos pueblos originarios son el 8% de la población, por el contrario, representan el 14% de los pobres y el 17% de los extremadamente pobres. Por otro lado, durante años, sus tierras y recursos han sido expropiados y entregados a colonos de origen europeo o directamente a europeos que emigraban para trabajarlas. Todo esto ha dado origen a una situación explosiva. Algunos países como Ecuador o Bolivia ya reconocen la plurinacionalidad en sus constituciones, pero, en otros muchos casos, queda mucho por hacer.